Conversatorio con las juntas vecinales de Lima, Huaral, Cañete, Arequipa y Tacna
A raíz de la propagación del COVID-19, las juntas vecinales han intensificado sus acciones, debido a que muchas de las zonas en donde operan se han visto seriamente afectadas por el aumento de la criminalidad y la pobreza. Por esa razón, estas organizaciones se vieron en la obligación de crear estrategias para satisfacer las necesidades más urgentes de sus vecinos, lo cual refleja el fuerte compromiso que tienen con su comunidad.
Para conocer más de esta experiencia, el pasado 17 de julio el área de IDL-Seguridad Ciudadana organizó un conversatorio virtual con el objetivo de conocer la labor conjunta de la policía comunitaria y las juntas vecinales durante la emergencia sanitaria. En este primer encuentro se contó con la participación de los coroneles PNP José Díaz Guevara y Guillermo Bonilla Arévalo, así como la participación de la señora Hilda Luque, coordinadora nacional de las Juntas Vecinales y el acompañamiento de coordinadores de las Juntas Vecinales de Lima, Huaral, Cañete, Arequipa y Tacna.
La coordinadora Roxana Vargas relató que las juntas vecinales de Cañete en alianza con la policía comunitaria desinfectaron comisarías y casas. Por otra parte, brindaron ayuda social prioritariamente a poblaciones vulnerables como los niños y los adultos mayores. Para ello, se sirvieron del reciclaje y el apoyo del empresariado para adquirir sillas de ruedas, camas clínicas y frazadas. Asimismo, tuvieron la iniciativa de formar un grupo que velara por las personas infectadas con el virus gracias al apoyo de algunos regidores del distrito de Nuevo Imperial. De la misma manera, lograron que algunos médicos les donaran medicamentos para paliar los síntomas de los enfermos y tratar la anemia de los niños.
Sin embargo, a pesar de la enorme voluntad de los miembros de las juntas vecinales, hay muchas situaciones que los desmoralizan. Una de ellas es la falta de recursos materiales en las comisarías. Este hecho los mantiene preocupados, ya que es gran impedimento para reducir el delito con eficiencia. En ese sentido, la coordinadora Betty Alejo manifestó que muchas de las comisarías en Arequipa no cuentan con los equipos tecnológicos necesarios para desarrollar sus operativos y mantener el orden. Por otro lado, el coordinador Juan Bujanda aseguró la falta de apoyo por parte del Comité Provincial de Seguridad Ciudadana (COPROSEC) para equipar mejor a la policía comunitaria en Tacna, la mayoría de ellas carecen de laptops e impresoras. En consecuencia, le pidió apoyo al gobernador regional de Tacna, quien se comprometió a entregarles los bienes necesarios para no frenar sus esfuerzos. Sumado a ello, los cinco coordinadores coincidieron en que la policía comunitaria se encuentra expuesta a un alto riesgo, al no contar con el equipo de seguridad apropiado para desarrollar sus labores diarias.
Otro gran tema de preocupación fue la nula rendición de cuentas por parte de las autoridades. El coordinador regional de las juntas vecinales de Lima, Huberdino Ramírez, expresó su malestar debido a la falta de transparencia respecto al uso de los presupuestos participativos que se asignan para la creación y ejecución de planes de seguridad ciudadana. De la misma forma, el señor Bujanda señaló que las autoridades municipales tacneñas no hacen cumplir la ley debido a la corrupción existente. Esto se refleja en el hostil enfrentamiento entre los comerciantes y la población, ya que los primeros no siguen las ordenanzas municipales e incrementan la posibilidad de crear un foco infeccioso al salir a las calles a vender productos de primera necesidad sin seguir las normas sanitarias vigentes. Además, aseguró que el COPROSEC no ha convocado virtualmente a consultas, ni audiencias públicas con el objetivo de rendir cuentas de su gestión durante los meses de marzo, abril y mayo como la ley exige. Faltando al compromiso asumido a principios del año 2020. Finalmente, la señora Vargas expresó una creciente preocupación por el incremento de la violencia familiar porque el único espacio para refugiar mujeres en Cañete, La Casa de la Mujer, no cuenta con los recursos de ningún tipo para albergarlas.
A pesar de ello, la coordinadora nacional de las juntas vecinales, Hilda Luque, manifestó un profundo agradecimiento a la organización vecinal porque se mantiene trabajando a pesar de las circunstancias adversas y la desmotivación ante el poco apoyo de las autoridades. Además, propuso que las juntas vecinales refuercen su rol fiscalizador y para ello era necesario empoderar a sus miembros por medio de capacitaciones constantes, pues es la única forma de hacer valer sus derechos ante las autoridades. Manifiesta que las juntas no son atendidas por los Comités de Seguridad Ciudadana y de esa manera es difícil fiscalizar su gestión.
Por su parte, el coronel José Díaz, reconoció que la emergencia sanitaria es un hecho histórico que le dio a la policía comunitaria una oportunidad para desarrollar un mejor trabajo en equipo y rescatar experiencias de solidaridad. Agradeció la perseverancia y la fuerza de voluntad de las juntas vecinales, ya que son ellos su más grande apoyo al informarles constantemente sobre los problemas que viven las diferentes zonas del país. Bajo esa misma mirada, el coronel Guillermo Bonilla reconoció las experiencias exitosas de organización de las juntas vecinales, ya que nunca paralizaron sus labores, sino que se adecuaron al contexto. También rescató historias extraordinarias de solidaridad con la población y su institución, señaló que son las organizaciones voluntarias más grandes en el Perú y que por medio de su accionar han recuperado espacios públicos y han dado a conocer de lo que son capaces de hacer con los pocos recursos que cuentan. Reconoce que su participación y fuerza de voluntad tienen un enorme significado y se comprometió a seguir apoyándolas por su excelente trabajo.
Como podemos ver, en un contexto de emergencia sanitaria, donde las respuestas estatales no han sido del todo alentadoras para una sociedad que ha estado expectante a una mejor política de la salud, es importante conocer de qué manera la ciudadanía organizada puede amortiguar los efectos negativos de esta. En ese sentido, el análisis de la organización y la acción de las juntas vecinales a nivel nacional nos demuestra que, a pesar de la adversidad, hay un fuerte sentimiento de solidaridad e identidad con lo más necesitados y la oportunidad de erradicar la inseguridad de nuestros espacios públicos.