IDL apelará sentencia por el caso Pedro Salinas en Sala de Apelaciones de Piura
En el Primer Juzgado Unipersonal Penal de Piura, la jueza Judith Cueva Calle adelantó la sentencia que condena al periodista Pedro Salinas a un año de prisión suspendida y al pago de una reparación civil de 80 mil soles por la querella que interpuso el arzobispo de Piura, José Antonio Eguren, en su contra.
El año pasado, con motivo de la celebración de una misa para el Papa Francisco realizada por el arzobispo Eguren en Trujillo, Salinas escribió el artículo “Juan Barros peruano”, en el que se refería a éste último con frases cáusticas, hacia referencia a los maltratos que los jóvenes integrantes recibían en el Sodalicio de Vida Cristiana, a la que Eguren ha pertenecido por más de 40 años y, además, citaba unas fuentes periodísticas que relacionaban a dicha organización con el tráfico de tierras en la región. Esta publicación dio motivo a la demanda judicial.
Carlos Rivera, abogado del IDL, sostiene que se trató de un desenlace inusitado porque se trataba de una audiencia de presentación de alegatos en la que hablaron los abogados durante dos horas y Pedro Salinas por quince minutos. No era una audiencia para la lectura de la sentencia, que todavía está programada para el 22 de abril. Sin embargo, la jueza dijo que emitiría su fallo en ese momento. Cueva Calle se refirió al conflicto entre el honor y la libertad de expresión. Su argumento se basó en que el 2016 el Ministerio Público había archivado las denuncias penales que había formulado en contra de Eguren y otras personas del Sodalicio, y que por ese motivo no debió emitir esas frases críticas en contra de su persona.
Rivera sostiene: “El fallo contradice la jurisprudencia de la Corte Suprema, del Tribunal Constitucional y de la Corte Interamericana que protegen la libertad de expresión. Ésta establece que se pueden emitir expresiones consideradas hasta ofensivas si el personaje es público y la materia es de interés público. En ningún momento el periodista ha hecho comentarios sobre la intimidad o la familia de Eguren, sino a su pasado en una institución muy cuestionada”.
Esta sentencia se puede interpretar como una amenaza contra quienes investigan los abusos físicos y sexuales al interior del Sodalicio y en la que ha habido una evidente presión de ciertos sectores de la Iglesia católica.