La policía comunitaria: una “filosofía” de trabajo
George Matienzo Vidal
Luego de los debates por las elecciones municipales y regionales, en las que se priorizó el tema de seguridad ciudadana y el trabajo en conjunto con la PNP, es importante pensar en las alternativas reales a los enfoques de mano dura que tiene la policía para enfrentar la inseguridad.
La policía comunitaria en el Perú
En el Perú es poco conocido el trabajo de la policía comunitaria, usualmente se relaciona el desempeño policial con el uso de la fuerza o la represión como mecanismo para combatir a los delincuentes. Se tiene una imagen de la policía como una institución externa a la sociedad que utiliza mecanismos violentos para reprimir actos delictivos. Sin embargo, desde hace más de dos décadas, en el territorio peruano se viene implementando un nuevo enfoque o método de trabajo en la PNP para acercar a los efectivos del orden a la población, y reconstruir una imagen más próxima y articulada a la ciudadanía con la finalidad de identificar y prevenir los problemas de inseguridad.
Actualmente los policías comunitarios se encuentran en cada comisaría, principalmente en la Oficina de Participación Ciudadana, y cumplen una labor de acercamiento social a través de estrategias heterodoxas como el diálogo con las juntas vecinales de seguridad ciudadana, intervenciones culturales y la participación en asambleas con los vecinos de su jurisdicción. Una práctica que no parece propio de un policía, sino de un promotor social o cultural. Pero estas estrategias permiten identificar y cambiar los factores de riesgo para el delito, además de cambiar la imagen –bastante degradada– de la PNP y la sensibilidad del vecino sobre el peligro de ser víctima al tener la presencia policial en sus barrios.
Desde hace algunos años existen dos programas a nivel nacional que coinciden con este enfoque, pero en lugar de complementarse, se superponen o generan duplicidades: el Programa Barrio Seguro, dirigido por el Mininter desde el 2017 (D.S. 008-2017-IN), y Vecindarios Seguro (R.M. 498-2018-IN), a cargo de la PNP, que tuvo sus inicios en el 2015 como un proyecto piloto, pero que en la actualidad se viene extendiendo a todas las comisarías del país. Si bien son iniciativas importantes y con estrategias diferentes, el capital humano y material de la PNP imposibilita que estas iniciativas funcionen adecuadamente. No obstante, se han visto algunos casos que han tenido éxito (véase los informes anuales de seguridad ciudadana) y en otros casos en los que el enfoque comunitario se ha convertido en una filosofía o un método de trabajo aplicable en otras divisiones de la institución, como se grafica en la experiencia que se expone a continuación.
Aprendiendo y enseñando a ser policía comunitario
El comandante y comisario de la PNP, Hanner Horna Paz, fue de los primeros en implementar el programa Vecindario Seguro cuando se encontraba en plan piloto en la comisaría de San Miguel (Lima) en el 2016, que posteriormente fue aprobado a través del “Lineamiento Sectorial Vecindario Seguro – Policía Comunitaria por Sectores” de cumplimiento obligatorio en todas las comisarías del país. En esta etapa –como destaca el comandante– aprendió a acercarse más a la comunidad y trabajar directamente con ella, al punto de ayudar a organizarla, capacitarla, compartir responsabilidades, identificando problemas y planteando soluciones de manera conjunta. Además de coordinar con los actores locales: municipio, juntas vecinales y empresas privadas.
Por otro lado, en el 2018, durante las capacitaciones que dio a comisarios y personal policial que laboraba en las Oficinas de Participación Ciudadana, se encontró con ciertas dificultades internas, principalmente porque la formación de la PNP es de tipo reactiva y no preventiva. Tuvo que capacitar, sensibilizar y convencer a sus pares sobre la nueva forma de trabajo que los aproximaría más a la ciudadanía a través de la empatía, la tolerancia y la escucha proactiva. Esta manera de trabajar, a la que llama filosofía, es considerada también un método o estrategia para integrar al policía a la sociedad. Una forma de conducirse sin ser un agente externo o, como dirían en las Ciencias Sociales, para dejar de ser un “otro” fuera de la comunidad de vecinos.
Una filosofía de trabajo
Desde marzo del año 2022 el comandante Hanner fue destacado a Comisaría de Turismo del Cusco, cuya función es resguardar el orden y el desarrollo sostenible de la actividad turística. Si bien esta unidad no pertenece a la Dirección de Seguridad Ciudadana de la PNP, también es un área donde aprovechó en implementar el conocimiento adquirido en experiencias pasadas.
El 4 de junio de la presente, la policía de turismo cumplió 48 años, situación que aprovechó el comandante Hanner para proponer al personal policial bajo su cargo (149 efectivos) realizar una actividad que los acerque a la comunidad y ayude a recobrar la confianza en la ciudadanía a través de lo que se denominó la “Semana del fortalecimiento de la Seguridad y Cultura Turística” –basada en charlas de sensibilización sobre seguridad, cultura y turismo– dirigida a los estudiantes de colegios, pero con impacto en la familia de cada participante. Este evento culminó con el concurso de dibujo y pintura “Yo amo y protejo mis atractivos turísticos” para que los concursantes expresen su identidad a través del arte.
Posteriormente, el 8 de agosto se dio inicio a un programa de charlas masivas de sensibilización para llegar a 5500 alumnos de cincuenta colegios de la región Cusco, sin embargo, la demanda fue tal que tuvieron que ampliar su horizonte a 15000 estudiantes en cien colegios de las provincias de Cusco, Anta, Urubamba, Calca y Quispicanchis. Para esto se formaron cuatro equipos de tres policías cada uno para las charlas de sensibilización y revaloración del patrimonio y la seguridad. Los equipos cuentan con personal que tiene formación en guiado de turismo, lo cual no los hace depender de otras instituciones.
Para generar expectativa en los participantes, el comandante Hanner y su equipo de trabajo hizo alianzas con la Cámara de Comercio del Cusco, la Universidad Continental, la UNSAC, Clínica Pardo, gremios de turismo, la Gerencia Regional de Comercio Exterior y Turismo del Cusco, el Instituto Khipu, algunos consulados y otras institucione públicas y privadas, con la finalidad de recibir capacitación (enseñanza de idiomas extranjeros para los policías) y premios para el concurso (viajes a Colombia, premios para las aulas ganadoras, visitas a Machu Pichu, entre otros), así como el uso del teatro municipal para la final del mismo.
El apoyo interno de la institución por parte de sus superiores también contribuyó a que este proyecto se esté haciendo realidad, como es el caso del general Pedro Villanueva Nole, jefe de la Macro Región Policial Cusco, y el coronel Christian Roncal Plaza, jefe de la División de Turismo a nivel nacional. Este último, ha promovido que este tipo de iniciativas de trabajo, bajo el enfoque de policía comunitaria, se replique en las 27 comisarías de turismo del Cusco.
Articulación y prevención para la seguridad ciudadana
Con las nuevas autoridades municipales y regionales electas, cabe esperar que muchas de las promesas de campaña no puedan ser cumplidas por la espectacularidad de sus ofertas o el desconocimiento de cómo funciona del aparato estatal. Sin embargo, a través de los Comité Distrital de Seguridad Ciudadana (CODISEC) y los Comité Regional de Seguridad Ciudadana, los alcaldes y presidentes regionales puede intervenir en la planificación de la seguridad y el trabajo coordinado con la PNP.
Estos espacios interinstitucionales funcionan como mecanismos para articular esfuerzos y propuestas que lleven a proponer planes de seguridad preventiva con enfoque comunitario, una estrategia que puede complementarse con las actividades de desarrollo social, educación y seguridad que busca todo gobierno local y regional.
Hace falta que las autoridades, la sociedad civil y las comisarías articulen esfuerzos y tomen en consideración experiencias como las del comandante Hanner y su equipo de trabajo para empezar a producir cambios atendiendo los factores de riesgo, sin la necesidad de usar tanta violencia para mantener el orden social.