Piura: un conversatorio hecho por mujeres y para mujeres
Jefferson Pintado
Johana Carhuatocto
IDL-Seguridad Ciudadana
En el marco por el Día de los Derechos Cívicos de la Mujer, cada 7 de septiembre se conmemora en nuestro país la obtención femenina al derecho de sufragar y participar en elecciones generales, pero ¿cuánto hemos avanzado? ¿La lucha de las mujeres peruanas a lo largo de la historia ha sido suficiente para romper el “techo de cristal”?
La promulgación de la Ley N.º 12391, en 1955, es un hito de justicia e igualdad para los derechos fundamentales de la mujer peruana; no obstante, las enormes brechas sociopolíticas dictaminan por qué aún estamos lejos de lograr una participación equitativa de las mujeres en política y sociedad. No basta solo hablar de la participación política cuando en las elecciones generales recientes no se alcanzó la cuota femenina; se trata de un problema del diseño electoral y de nuestra estructura como sociedad.
Estos problemas requieren de procesos largos y de rostros que a través de los años renueven su compromiso con la toma de conciencia y acciones para seguir luchando por el reconocimiento de los derechos de las peruanas, sobre todo en una sociedad altamente machista y misógina como la nuestra. Ante ello, voces de los distintos colectivos de la región de Piura, quienes se han propuesto mantener esta lucha, realizaron un pasacalle y feria a fin de fortalecer la democracia y visibilizar la participación política de la mujer.
En la tórrida mañana del 9 de septiembre, en el distrito de Veintiséis de Octubre (ciudad de Piura), se inició con un pasacalle que reunía a diversas organizaciones y actores sociales-políticos en pro de los derechos cívicos de la mujer peruana. Entre estos se encontraba la Municipalidad de Veintiséis de Octubre, instituciones educativas aledañas (I. E. Jorge Basadre, Isaac Newton, entre otros), el Ministerio Público, la Fiscalía de la Nación, la Policía Nacional del Perú, la Red Internacional de Líderes de Acción (RIMLA), el Centro de Emergencia Mujer (CEM) y las juntas vecinales de seguridad ciudadana de la región Piura.
Posterior a este evento, se dio paso al conversatorio “La participación política de la mujer, fortalece la democracia”, a cargo del programa de Desplazamiento a la Integración organizado por las instituciones WeWord-IDL. Con ello, se ha pretendido propiciar una reflexión sobre cómo la mujer peruana ha luchado y sigue haciéndolo con el fin de conseguir avances dentro de una sociedad estructuralmente prejuiciosa y con percepciones culturales sobre las mujeres que impiden el acceso y su participación en la misma. Por ejemplo, en la actualidad, solo el 18.6% de los escaños en los parlamentos son ocupados por mujeres. Ante esta situación, resulta necesaria tratarla como un tema urgente en la agenda pública.
“Todavía existen brechas por cerrar en cuanto a la participación de la mujer. Nosotras tenemos necesidades, obligaciones. Una mujer con tantas cargas siempre tendrá problemas para participar en democracia”, comenta Carmen Tinoco, presidenta de las juntas vecinales de la región Piura. Así mismo, durante su participación expresó aspectos esenciales que impiden que los derechos civiles de la mujer no se reflejen en el programa político: “Muchas mujeres de mi barrio quieren participar, pero no podemos por limitaciones de tiempo, espacio y recursos. Llegamos cansadas a casa tras trabajar y cocinar. Por eso, no es una democracia sino podemos participar, nosotras llevamos un doble peso”.
Los progresos realizados a pesar de las disparidades no han detenido los esfuerzos de mujeres como Carmen. Las mujeres siguen poniendo punche y voluntad para reforzar la sociedad y sus instituciones democráticas.
Por otro lado, durante su intervención, la presidente de la Asociación de Líderes Resilientes Paola Graterol detalló como las mujeres están expuestas a riesgos y vulneraciones de sus derechos en los países que atraviesan procesos de movilidad humana. Así, migrantes y refugiadas venezolanas enfrentan mayores barreras de acceso a derechos y servicio de salud, educación y trabajo debido a la xenofobia, dificultades de reconocimiento y desinformación. Aun así, esto no les impide formar parte de las voces de mujeres y hombres que unen sus fuerzas para reforzar la democracia y los derechos civiles.
“Trabajamos duro por el bien de nuestra familia, somos mujeres resilientes y capaces de sobrellevar cualquier adversidad. A pesar, de ser señalados y criminalízalos cuando solo buscamos un lugar donde comenzar con nuestras familias. Luchar por reforzar la democracia como extranjeras también es nuestro deber, nuestra responsabilidad”, señaló finalmente Paola Graterol.
Estas y otras han sido las reflexiones durante el evento desarrollado el pasado sábado en Piura. Diversos rostros de mujeres congregadas en el distrito Veintiséis de Octubre no han hecho más que expresar las dificultades para ser mujeres que participan en democracia, pero también la fortaleza que tienen para, a pesar de los obstáculos, estar allí liderando desde las bases para construir una sociedad más participativa y horizontal.